AGRICULTURA NATURAL

INICIANDO UNA GRANJA NATURAL

LA TEORIA DEL CULTIVO

 Los bosques o zonas silvestres que rodean una Granja natural deberían ser tratados como reservas naturales y utilizados como fuente directa o indirecta de fertilizante orgánico. La estrategia para conseguir a medio y largo plazo un cultivo totalmente exento de fertilizantes es la de crear un suelo fértil y profundo a través de la materia orgánica. (M.O.)

Ya hemos estudiado los métodos ecológicos para enriquecer al suelo de M.O. y crear su propia estructura en el Curso de Horticultura. Pero cualquiera que sea los medios empleados, el agricultor deberá asegurarse de un aporte cercano de humus que puede servir como “fuente inmediata” de la fertilidad del terreno. Cuando no haya bosques disponibles o zonas silvestres próximas, habrá que desarrollar y plantar a propósito una zona de reserva que cumplirá muchas funciones en el proyecto permacultural:

Creará suelos estructurados y esponjosos, creará un microclima que influirá en la humedad ambiental, en la sombra y en los vientos de los cultivos, creará un cobijo para nuestros depredadores de las posibles plagas, retendrá la escorrentía de las lluvias tormentosas para llenar nuestros acuíferos subterráneos y enriquecerá nuestros suelos de humus y M.O.  ¿quién da más, por tan poco?                                                                                                                                                                                         La creación de Zonas silvestres y/o Cortinas rompe-vientos son esenciales para el Cultivo Natural, un gran aliado, una necesidad perentoria para crear un ecosistema ecológico.

LOS CUATRO PRINCIPIOS DEL CULTIVO NATURAL

1. NO LABOREO. Arar arruina el suelo. La tierra trabaja por sí misma.

2. NO FERTILIZANTES. Las cosechas dependen de la salud del terreno. Los fertilizantes no son realmente necesarios. Echemos un vistazo a la Naturaleza.

3. NO ESCARDAR. ¿qué es una mala hierba o adventicia? Una alfombra de hierba es beneficiosa. Solo escardar donde es necesario.

4. NO PESTICIDAS. No existen plagas de insectos. La polución viene de nuestros pesticidas.

 1.  EL NO LABOREO: Para mucha gente ser agricultor o granjero es sinónimo de labrador, de quien pasa su vida removiendo el suelo con arado o azadón. Si labrar el terreno fuera innecesario, entonces la imagen del agricultor cambiaría drásticamente.                                                                                                                    ¿por qué se piensa que la labranza es esencial y cuál es, realmente, el efecto que produce?                                                                                                                                                               Arar, arruina el Suelo: sabiendo que las raíces de las plantas cultivadas penetran profundamente en la tierra buscando aire, agua y nutrientes, la gente piensa que poniendo grandes cantidades de estos nutrientes, las plantas crecerán a gran velocidad. Así, eliminan del terreno la pradera de adventicias y remueven el suelo asiduamente pensando que esto airea y esponja la tierra, aumenta la cantidad de nitrógeno disponible por estimulación de la nitrificación, e introduce en el suelo fertilizantes que puedan ser absorbidos por las plantas en cultivo.                                                                                  En el caso de cultivos en agroquímica, esparcir fertilizantes sobre la superficie del suelo estéril  aumentará probablemente su eficacia. Pero en cultivo ecológico, con praderas naturales, abonos verdes o M.O., la perspectiva es diferente:                                                                                                                               Se supone que labrar mejora la estructura del suelo. Nunca tan lejos de la realidad. El labrador, cuando mueve el terreno lo amasa, fragmentándolo en pedazos cada vez más pequeños, los cuales adoptan una distribución física más regular, con espacios intersticiales más pequeños. El resultado final, después de un tiempo y de unas lluvias,  es un suelo más compacto y más duro. En estas circunstancias, la única manera eficaz de ablandar el terreno es trabajarlo en profundidad mediante arado. Pero esto es una medida de “corta duración»                                                                                               Decir que labrar el terreno es inútil, no es lo mismo que asegurar que no sea necesario ablandar el suelo y aumentar su porosidad en determinados casos y circunstancias. De hecho, cuán necesario e importante es la abundancia de aire y agua en el seno de la tierra. Es esencial para que se multipliquen los microorganismos que viven en Ella, para que el suelo se haga más fértil y para que las raíces puedan penetrar profundamente esponjando y mullendo la tierra.                                                                                            El labrar el suelo con arado y azadón, lo que realmente hace es interferir en esos procesos. Si el Hombre deja en paz al suelo, las fuerzas de la Naturaleza se encargarán de enriquecerlo y ablandarlo.                                                                                                                                                La tierra trabaja por sí misma: las raíces penetran en el suelo más que el laboreo normal y a medida que van avanzando en profundidad, el aire y el agua las acompañan. Al marchitarse y morir estas raíces, proliferan los microorganismos que se alimentan de M.O. creando galerías subterráneas. La muerte de estos microorganismos son reemplazados por otros, aumentando así la cantidad de humus y ablandando el terreno con la creación de glomérulos o gránulos envueltos en hifas fúngicas que crean los hongos. Entonces aparecen las lombrices y sus depredadores, los topos, comenzando a socavar el terreno.                                                                                                                                                                   El terreno vive por su propia cuenta y se “auto-labra” él solo. No necesita ayuda de la mano del Hombre. Los agricultores hablan de domesticar el suelo, pero, ¿Cómo es que, en los bosques de montaña crecen los árboles, los arbustos y el herbazal sin el “beneficio” de azadones ni fertilizantes, mientras los cultivos producen cosechas insignificantes? En los bosques de los montes no existe nada especial que concierne a la composición química ni física del suelo superficial ni de los estratos inferiores del suelo.  Sin ayuda alguna por parte del hombre, la Naturaleza crea las condiciones del terreno necesarias y suficientes para soportar densas poblaciones de foresta y sotobosque.                                                                                                                                            ¿Qué podría ser más deseable para el agricultor que el poder “trabajar” la tierra sin empujar un arado ni empuñar un azadón? Dejemos que las praderas labren en superficie y que las raíces de los árboles y arbustos se ocupen de las capas inferiores del terreno. No es necesario arar para mejorar un suelo, porque la Naturaleza ha estado trabajando en él, con sus propios métodos, durante milenios.                                                                                                                             Podemos elegir entre ver el suelo como “imperfecto” y empuñar el azadón  o confiar en él y dejar a la Naturaleza la empresa de trabajarlo.                                                                           2. NO FERTILIZANTES: Significa no utilizar abonos químicos ni compost orgánico preparado. Las cosechas dependen del terreno y básicamente no tienen necesidad de cosas tales como fertilizantes y nutrientes. Fukuoka ha experimentado durante más de 35 años con árboles frutales y cultivos extensivos de cereales para determinar hasta qué punto pueden ser cultivados sin fertilizantes y, por supuesto, así es. Tampoco esto da las pobres cosechas que la gente puede suponer. Antes al contrario, se obtienen, en el peor de los casos mientras la tierra se estructura, rendimientos iguales o superiores a los que se alcanzan con intensa fertilización.                                                                                                                   La Naturaleza no está muerta. Vive y crece. Todo lo que el Hombre ha de hacer es dirigir este vasto potencial de fuerzas ocultas hacia el desarrollo de nuestros cultivos. Pero, en lugar de utilizar este enorme poder, las gentes eligen destruirlo. Escardando y arando la tierra año tras año destruyen la fertilidad del suelo, creando una deficiencia de oligoelementos o componentes “traza” que disminuyen la vitalidad del terreno, endurecen sus capas superficiales, aniquilan los microbios y convierten el rico material orgánico viviente que allí existe en materia mineral muerta, inanimada, de un color amarillento blancuzco, cuya única función se reduce a servir de soporte físico a la planta.                                                                                                                                                      La relación entre los fertilizantes químicos y los microorganismos del suelo ha sido poco estudiada. Solo se ha recalcado la “eficacia” del fertilizante y sin embargo, poco se ha dicho de sus innumerables efectos nocivos:                                                                                                                                   1. Los fertilizantes “aceleran el crecimiento” de los cultivos, pero es solo un efecto transitorio que no compensa la inevitable debilitación de las cosechas. Esto es similar a la rápida aceleración del crecimiento mediante hormonas.                                                                                                                               2. Las plantas, debilitadas por los fertilizantes, tienen menor resistencia frente a las enfermedades y plagas y son menos fuertes frente a las adversidades que se oponen a su crecimiento y desarrollo.                                                                                                                                                                                                                          3. Los fertilizantes aplicados al terreno no son tan eficaces y efectivos como se creía: cerca del 30% del componente nitrogenado del Sulfato amónico es desnitrificado por microorganismos del suelo y escapa a la atmósfera. Los fertilizantes fosfáticos solo penetran unos 5 cm. en la superficie del terreno y así resulta que, aquellas montañas de fosfatos que los granjeros han esparcido a lo largo de los años, eran inútiles y acumulativos en el suelo, provocando acidificación del terreno y otras nefastas consecuencias.                                                                                                                                             4. El daño causado directamente por los tres grandes fertilizantes, sulfato amónico, superfosfato y sulfato potásico, representa “ácido sulfúrico” concentrado que acidifica el terreno, causando grandes daños en él, tanto directa como indirectamente. Este fertilizante ácido suprime y mata a los microorganismos del suelo, desbaratando y dañando a la tierra en una forma que puede calificarse de “desastre para la Agricultura”.                                                                                                                                             5. Un problema importante es la deficiencia de elementos “traza” u “oligoelementos”, pequeños elementos minerales que son necesitados en pocas cantidades pero que son imprescindibles para la salud del suelo y de los cultivos. El utilizar demasiada cantidad de un determinado fertilizante hace inefectivos a otros elementos de fertilidad. Y los problemas se van multiplicando, como interacciones recíprocas entre elementos, lixiviación de suelos, fijaciones y relaciones  microbianas, etc.                                                                                                       Con la adicción de fertilizantes químicos, la semilla de la calamidad ha sido sembrada. Cuando nos demos cuenta del peligro ya será demasiado tarde para remediarlo. Además, la compra de los fertilizantes y fitosanitarios suponen para el agricultor del 30 al 50% de los costos globales de un huerto o cultivo extensivo.                                                                                                                                          No debemos olvidar, que si la Naturaleza se abandona a sí misma, la fertilidad aumentará. Los restos orgánicos de las adventicias y animales se acumularán y serán descompuestos en la superficie del suelo por bacterias y hongos.                                                                                                                                   El cultivo natural sin fertilizantes significa, esencialmente, que el cultivo se realiza en un suelo y en un medio-ambiente sometido totalmente a las Leyes Naturales. Pero aunque es posible cultivar sin fertilizantes, las cosechas no pueden crecer inmediatamente con éxito en campos que hayan sido regularmente arados, escardados y fertilizados durante algunos años. Antes, y como actividad preparatoria, deberemos utilizarPraderas naturales, Abonos verdes, paja y un poco de “gallinaza o estiércol de cabra u oveja” y obtendremos producciones elevadas sin tener que añadir en absoluto compost  o abonos comerciales.

 3. NO  ESCARDAR, NO DESHERBAR: Las adventicias o malas hierbas juegan un papel esencial en la construcción de suelos fértiles y en el equilibrio de la Comunidad biológica. Como regla general, las adventicias deben ser “controladas”, no eliminadas.    Tan pronto como se abandona el laboreo, el número de adventicias crece rápidamente. ¿Cómo mantener a raya las adventicias? Si se siembran las semillas del próximo cultivo mientras el cultivo precedente está madurando en los campos, estas semillas germinarán antes que “las malas hierbas”.         Programando la siembra de tal manera que no hayan intervalos entre cultivos sucesivos, se da una gran ventaja sobre las adventicias. Es lo que se ha llamado en Permacultura, “Hacinamiento en el tiempo”.                            Después de la cosecha, si todo el campo se cubre con sus residuos de paja u hojas, se detiene la germinación de las adventicias en un 80% dependiendo del grosor de los residuos. Si además, sembramos como cobertura del suelo alfalfa salvaje o trébol junto al cultivo principal de cereales, también ayudará a mantener las adventicias bajo control y aportaremos nitrógeno a través de las leguminosas.                                                            El método general de controlar las malas hierbas es cultivando el suelo, de manera que ocupen su lugar e inhiban el crecimiento de adventicias por falta de superficie disponible. Donde una planta se asienta, otra no puede crecer. Pero si labramos el suelo, las semillas que permanecían en profundidad y que nunca hubieran germinado de otra forma, se sacan a la superficie, dándolas la oportunidad de germinar. Bajo estas condiciones se da ventaja a las variedades de germinación y crecimiento rápido.                                     “Se podría decir que el agricultor que labra y que trata de controlar las adventicias, está literalmente sembrando las semillas de su propia desdicha”.                                                                                                                                4. NO PESTICIDAS: No existen plagas de insectos. En el momento en que aparece el problema de enfermedades o plagas, pensamos en los métodos de control  o exterminación de insectos. Pero comencemos examinando hasta qué punto existen las enfermedades de las cosechas o el daño por los insectos: cuando la gente descubre signos de enfermedad en una planta, o de una plaga de insectos, inmediatamente trata de liberarse del peligro. Pero la forma más elegante de actuar sería dejar de considerar a los insectos como peste y buscar la manera de suprimir la necesidad de tomar medidas de control.

“Muchos agricultores creen que el uso de depredadores naturales (control biológico) y pesticidas de baja toxicidad y biodegradables resolverán el problema, pero están equivocados”. M. Fukuoka, La Senda Natural del Cultivo, La Teoría del Cultivo Natural, Terapión 1985.

Muchos se tranquilizan pensando que el uso de “benéficos depredadores” para controlar las plagas de insectos, es un método biológico de control sin repercusiones dañinas para el Medio Ambiente. Pero aquel que comprenda la cadena de hechos que une al mundo de los organismos vivientes, no puede decir qué organismos son depredadores benéficos o cuales son dañinos en un futuro próximo, convirtiéndose ellos mismos en otra plaga y esta vez sin mayor control ya que pueden pertenecer a otro ecosistema diferente. Todo lo que el Hombre logra es la destrucción del Orden Natural. Y aunque parezca que está protegiendo a los depredadores naturales y matando a las pestes, no hay forma de saber hasta qué punto las pestes puedan resultar beneficiosas y los depredadores dañinos. Muchos insectos que son inofensivos en un sentido directo, son dañinos indirectamente. Y cuando las cosas se ponen aún más complicadas, como cuando un insecto benéfico se alimenta de una plaga que mata a otro insecto benéfico que, a su vez, se alimenta de otra plaga, etc.,   es inútil buscar distinciones claras y nítidas entre ellos y aplicar pesticidas “selectivos”.

Polución por nuevos pesticidas.

Para evitar dicha polución, se espera el desarrollo de nuevos pesticidas por la Ciencia que entre otras consideraciones:

  1. No tengan efectos adversos sobre las células animales y actúen por inhibición de enzimas específicos de los correspondientes insectos, microorganismos, gérmenes patógenos, plantas o lo que sea.
  2. Sean degradables por la acción de la luz solar y de los microorganismos y que no polucionen, ni dejen residuos en el Ecosistema.

Los antibióticos “Blasticidina S. y Kasugamicina” son nuevos pesticidas que dicen cumplir con las condiciones anteriores y que han sido utilizados ampliamente, como medida preventiva, contra la Roya o el Tizón del arroz y otros cereales. Se supone que “no dejan residuos”.

Otro nuevo tipo de pesticida es un agente químico, extraído del árbol del laurel, que inhibe, en los insectos, a las hormonas reguladoras de la metamorfosis. Los insectos segregan hormonas que controlan los diferentes estadios de la metamorfosis, desde el huevo a la larva, la pupa y finalmente el adulto (imago).

Debido a que estas sustancias parecen actuar selectivamente, en solo cierto tipo de insectos, se ha pensado que no tienen efecto nocivo en otros insectos, animales o plantas. Pero esto es incorrecto y con una visión miope: las células animales, las células vegetales y los microorganismos son básicamente similares y cuando una sustancia se dice eficaz contra insectos y microorganismos, también actúa, en mayor o menor grado, sobre plantas y animales superiores. Así pues, no es razonable ni probable esperar que una sustancia actúe solo y específicamente sobre insectos y microbios. Para asegurar que algo no causará daños de tipo fito-tóxico o de polución, habría que distinguir pequeñas desigualdades basadas en escasa diferencias de acción. Más aún, no puede saberse cuándo esas menores diferencias cambiarán o se volverán contra nosotros. Pero a pesar de ese peligro, la gente se siente segura, satisfecha y tranquila si una sustancia no presenta amenaza inmediata. Esta actitud de fácil aceptación complica el problema y agrava los peligros para el ecosistema en general.

Lo mismo se podría decir para el caso de los Microorganismos utilizados como pesticidas biológicos: muchos tipos de diferentes bacterias, hongos y virus son usados para una amplia variedad de aplicaciones, pero ¿qué efectos puede tener en la biosfera? Las “feromonas” son sustancias químicas producidas en pequeñísimas cantidades por diversos organismos. Las feromonas provocan cambios fisiológicos profundos o reacciones comportamentales específicas en otros individuos.

La esterilización por interferencia en la esfera sexual puede conseguirse por diversos métodos, tales como destrucción de la función reproductora por irradiación de rayos gamma, el uso de quimio-esterilizantes y la copulación interespecífica. Pero no existen evidencias de que los efectos de la esterilización queden limitados solo a los insectos de la plaga en cuestión. Por ejemplo: si una plaga de insectos fuera totalmente eliminada, no podría saberse cual surgiría en su lugar. Nadie sabe qué efectos tendría en otras especies de insectos, plantas, animales e incluso para el Hombre.                                                                                                                               Las fumigaciones aéreas de bosques con herbicidas, pesticidas y fertilizantes químicos  es considerada como un éxito si una determinada mala hierba o una plaga de insectos es eliminada “selectivamente”, o si se mejora el crecimiento de los árboles de la zona. Pero esto es un grave error que puede ser muy peligroso. Los naturalistas y científicos conservacionistas han reconocido tales prácticas como gravemente polucionantes.                                                                                                                                          El Hombre se comporta puerilmente cuando piensa que puede resolver con herbicidas el problema de las adventicias o malas hierbas. Solo piensa en sí mismo y esto da lugar a que las especies se hagan más resistentes o que aparezcan nuevas variedades más invasoras. Fumigar con herbicidas tales como PCP, hacen más que matar malas hierbas simplemente. Actúan también como bactericidas y fungicidas, matando tanto a los agentes que afectan a las hojas de las plantas vivas, como a los abundantes hongos y bacterias de la putrefacción de las hojas caídas. La falta de descomposición de estas hojas afecta seriamente a las lombrices e insectos del suelo, además de lo cual el PCP destruye también la vida microbiana interior.

En lugar de querer obligar a la Naturaleza a obedecer los “proyectos científicos humanos”, el Hombre haría mejor apartándose de este camino y dejando a la Naturaleza que se ocupe de sus asuntos, sin interferencia humana alguna.                                                   “La complejidad de las interrelaciones entre insectos, microorganismos y plantas es de tal dimensión, que el Hombre nunca llegará a comprenderlas”. La Revolución de una Brizna de Paja. M. Fukuoka, microbiólogo,1978.

CONTINUARÁ

8 comentarios en “AGRICULTURA NATURAL

    • espero que no sea de lo que vives, sino txungo, yo hago ecologico y he pasado por la perma, pero para comer algo hay que trabajar. Eso si la teoria muy bonita, seguro que no es el pan de la mesa de una familia. esta bien ir haciendo pruebas, para ver como responde cada verdura en cada zona de terreno, y sobretodo aprender a no pisar, si lo organizas en bancales profundo fijo triunfas.

      • Hola, Luis, nosotros trabajamos en una Granja Escuela que ensaya diferentes sistemas de cultivo para investigar cual de ellos sería el más conveniente para un autoconsumo familiar. Seguimos el consejo del agrónomo francés, Jean Marie Roller que dice:
        «La verdadera agricultura ecológica es aquella que cumple con tres principios: pocos conocimientos científicos (poca materia gris), pocos insumos adquiridos del exterior y poco tiempo de trabajo (para poder dedicar algo de nuestro tiempo a los demás).
        Y en eso estamos.
        Gracias por tus comentarios.
        Saludos
        Carlos Vilalta

  1. Muy bueno. Yo llevo 7 años aprendiendo y cultivando en Uruguay, y hasta que no abandoné la azada y me dediqué a alimentar el suelo con materia orgánica, la cosa no despegó. Hoy día tenemos una producción muy prolífica sin arar, con cada vez menos insumos externos. Al estar frente al mar, con suelo de greda pura, nos costó mucho hacer crecer los árboles, pero hoy día tenemos frutas de varios tipos prácticamente todo el año, y hortalizas 365 días del año, sin arar ni laborear. No aplicamos insecticidas ni plaguicidas más que para la hormiga cortadora que es capaz de talar todo a su paso. El próximo paso es la incorporación de aves de corral para que nos ayuden a fertilizar y nos den huevos. Si no fuera que no paramos de expandir el huerto (este año dupliqué los bancales y plantamos muchos árboles) diría que el esfuerzo de todo esto no superaría una jornada semanal, o un par de horas diarias.

    • Enhorabuena, Margarita por tus cultivos y tu forma de hacer o «dejar hacer».
      Las aves de corral te ayudarán a equilibrar todo el Sistema con su gallinaza que pastarán libremente o la incorporarás al compost si fuera posible, además de complementar vuestra alimentación.
      Saludos desde España.
      Carlos

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